Que al final Murat no sale en el libro, se cae del cartel. Da igual. De todos los mariscales es el que me cae peor, claro, y además el dibujo me ha traído loquita desde el principio. Así que nada, uno menos.
He cambiado la costumbre de diez años y forrado la mesa con un cartón negro en vez de blanco. De momento me gusta más, no rebota la luz y se ve todo mucho más limpito sin las manchas de tinta negras sobre fondo blanco.
Para una tertulia del Yo Dona. En lo que a mí respecta, voy con la superfrase "las distancias apartan las ciudades, las ciudades destruyen las costumbres".